sábado, 3 de octubre de 2009

El que se caiga, que se levante

como mi ídolo Groucho Marx: callado del hocico, y que no venga a lloriquear diciendo que pobrecito yo, que todo me pasa y no tengo padre ni madre ni perro que me ladre. Ya estamos grandazos para quejas y mariconadas de ese calibre, que inventamos sólo para creernos que está justificado nuestro puchero infantil. Se trata de ser niño libre e indómito y no adolescente aspaventoso y gemebundo; hace tiempo -no he tardado mucho en recodarlo- que dejé de poner excusas cuando se trata de tomar acción y tengo pereza de hacerlo, o de pelearme contra lo que no podré cambiar. Mi objetivo en esta vida es reencontrar la música dentro de la impávida existencia humana.

Ah, y por cierto: mi padre se encuentra mejor.


Foto: anuncio publicitario de promoción del programa de televisión You Bet Your Life, que Groucho condujo entre 1948 y 1961.

No hay comentarios:

Publicar un comentario